A composition.

A language between the elements: People, flowers, mirrors, lights, shadows, rainy days, sunny days, reflections, life in Holland...

A life story,

I want to start with photographs, those moments stored in my memory, bits of reality.  Few and fleeting moments that we will never see if we do not stop to look at them.  I want my photography to be restless, to be tender, to show that other life, the one that is gone, the one that remains in me.

For me, for those who understand me, for those who want to look, photographs in moments of being.

 

Letting the photographs come to me little by little and never the other way around.  

Title: Everyday Matters. 

La arquitectura es un marco del mundo, un filtro intemporal, que permanece y genera situaciones. Que se expande, se instaura y se une a los lugares que ocupa. 

Auguste Giacometti, Berenice Abbott, Vilém Reichmann, Milos Korecek, Julius Shulman, Yukio Futugawa, Anselm Kiefer, Susan Sontag

“El sabor de la manzana (…) está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma; analógicamente (…) la poesía esta en el comercio del poema con el lector, no en la serie de símbolos que registran las paginas de un libro. Lo esencial es el hecho estético, el thrill, la modificación física que suscita cada lectura”.    Jose Luis Borges 

Un patio es un fragmento recortado del cielo. Un rincón oculto. Un trocito de cosmo. Un espacio de luz, de tranquilidad, de silencios. De reflejos. De fuentes. De plantas. Es un rincón. Y los rincones siempre tienen ese algo especial. 

‘Modern architecture is not a style, but a way of life’. Marcel Breuer

Renée Gouin Feminity and Modernity 

Muller Van Severen

Richard Diebenkorn Abstract Expressionism

Camila Deterre by Alexandra Nataf 

Paisajismo a favor del paisaje

Hay personas que un buen día se enamoran de un paisaje y durante años se desviven por poder comprar una parcelita donde hacerse una casa que les permita sacudirse cada mañana las legañas con esas vistas que les quitan el sueño. Lo malo es que a veces lo consiguen y a continuación empiezan con ganas un laborioso proceso de construcción y destrucción que termina por borrar de su parcela todo rastro del paisaje soñado. Quizás como mucho tengan la suerte de poder disfrutarlo en la distancia, pero en su parcela, después de la casa, la valla, los caminos, la pradera de césped, los arriates de flores y el resto de parafernalia a la que nos sentimos empujados para creer que de verdad tenemos una casa, nada de nada. 

El paisaje ha sido entendido por mucha gente como un cuadro que había que disfrutar de puertas para fuera de la parcela, un entorno hermoso que rodease nuestro propio espacio más civilizado sin que necesariamente formase parte de él. Siempre he temido que nos pasase eso. En nuestra parcela nos hemos visto obligados a cortar árboles y hacer importantes labores de limpieza, y con cada acto nuestro me ha preocupado estar alejándonos a pequeños pasitos de aquel bosque por el que G. y yo nos perdimos una tarde de septiembre, convencidos desde ese preciso instante de que era allí y no en otro sitio donde queríamos una casa. Esa fue la razón por la que los albañiles tuvieron que convivir en los andamios con encinas que les raspaban el cogote, y esa es la razón por la que ahora, de una manera casi instintiva estamos buscando acondicionar la zona arrasada por la maquinaria y camiones en el frente de la casa, con plantaciones de hierbas y perennes que nos evoquen y no nos distancien ni un milímetro más de aquella naturalidad original. 

La arquitectura de la felicidad

“Debemos a la tierra que nuestras casas no sean inferiores al suelo virgen al que han sustituido. Debemos a las lombrices y a los arboles que los edificios con que los cubrimos se erijan en promesas de las formas más elevadas e inteligentes de felicidad.”

Corrigiendo lo que estorba y volviendo a crear lo que nos falta. Peter Zumthor